sábado, 3 de noviembre de 2012

Rozando la misma locura


Esta historia es un pequeño relato que se me ha ocurrido mientras ojeaba creepypastas. Repito no es real, solo una invención de un escritor primerizo.
Hoy estoy rozando la misma locura, ya he perdido el apetito, mis amigos me abandonan poco a poco, mis padres no me creen cuando les digo quien me esta haciendo sufrir tanto, me consideraron loco mucho antes de que el asunto fuese a mas. Todo por culpa de esa cosa….
Varios días antes, era un viernes, no podía salir por hay con mis amigos, tenía que cuidar de mi hermana menor de 5 años, ya que mi madre me lo pidió a cambio de una pequeña paga extra, como esos días andaba escaso de dinero acepté. Llevé a mi hermana al parque mas cercano de nuestra casa y la dejé jugando con los demás niños, yo me coloqué los cascos y me puse a escuchar música desde mi móvil. Todo transcurría como un día cualquiera, pero llegó un momento en que mi hermana tenía la cabeza inclinada hacia arriba, y parecía que hablase con alguien mucho más alto que ella y esta se reía con esa persona, sin embargo, allí no había  nadie. Juego de niños, pensé. Pero me empecé a preocupar cuando mi hermana se alejaba andando fuera del parque, le grité que no se alejase, no quería perderla de vista, ella me ignoraba. Avance a zancada y me puse delante de ella y la cogí en cuello. Mi hermana empezó a refunfuñarme, decía que quería jugar con su nuevo amigo, eso me resultó muy extraño, en ese extremo del parque solo estábamos ella y yo, la obligue a volver donde los demás niños, ya que se podía perder. Me obedeció a regañadientes.
Esa noche nuestro padre nos llamo a cenar a ambos, salí de mi cuarto y me asome a la habitación de mi hermana, ella seguía pintando en su mesa. Le dije que había que ir a cenar, pero me siguió ignorando, me acerque y observé con atención que la mantenía tan ocupada. Era un dibujo infantil, ella misma en un campo con muchas flores, pero lo extraño es a quién dibujaba a su lado, era un hombre muy alto en comparación con ella, delgado, sin rastro de pelo en la cabeza, ambos sonreían y parecían felices. Ella me dijo que era su nuevo amigo, y que iba a venir a jugar hoy. Sin darle importancia a lo que me dijo, lallevé a la cocina, tenia hambre y quería empezar a cenar antes de que mi comida se enfriase….
Como es normal para mí un fin de semana. Me quedé jugando de madrugada con mi play y algunos amigos online, para no despertar a las demás personas en mi casa llevaba puestos los auriculares y procuraba hablar muy bajo para que no se me oyese. Cuando se acabó la partida me coloqué los cascos en el cuello, y aunque pensaba que era la única persona despierta en casa oía risitas y susurros desde fuera de mi cuarto. Caminé fuera y presté atención  a donde venía el sonido. Venían del cuarto de mi hermana. Entré en la habitación y en ella estaba mi hermana, sentada al borde de la cama hablando con alguienmas alto que ella aparentemente, debido a que volvía a tener la cabeza inclinada hacia arriba. Entonces la reprendí, le dije que ella no podía estar despierta a esa hora, algo de golpe me empujó y me estampó contra la pared,  seguidamente sentí como si me levantasen y me estrangulasen, mis pies no tocaban el suelo, empezaba a notar  que mi cara se enrojecía, entré en pánico, ¿Qué me estaba intentando matar? A medida que perdía mi vista, empezaba ver mejor qué me estaba causando eso, era  una figura con los brazos y las piernas de tamaños desproporcionados, su cara sin ninguna arruga y calva, mantenía una sonrisa, muy ancha y como si de un corte se tratase, sus ojos eran cuencas vacías de un color negro intenso. Como último medio lancé el mando de la consola que aun tenía en la mano, y rompí la lámpara del techo, desperté a mis padres en la casa, y a la vez que estos se percataron de que algo estaba pasando, caí al suelo, tosí  y me apoyé contra la pared, empezaban a correr lágrimas por mi cara… mis padres entraron en la habitación y mi hermana, que estaba asustada al otro lado del cuarto quiso dormir con mis padres… me preguntaron que había pasado. Les conté esta misma historia y empezaron a plantearse el mandarme a un psicólogo, esto me ofendió… mis propios padres desconfiaban de mi…
Días después preocupado por mi hermano procuraba quedarme despierto por la noche, para que esa cosa no fuese con ella…
Pasó una semana, ya pensaba que todo había terminado… que equivocado estaba…
Por la noche empecé a oír susurros, esta vez en mi propio cuarto, voces que no me dejaban dormir… Sentía que algo de día me golpeaba y me ponía la zancadilla aun estando completamente sólo.
Empecé a entender lo que esos susurros me decían por las noches… No huyas, quédate despierto, juega con el hombre delgado…  Notaba su mirada, clavada en mí de noche, como se movía a mí alrededor rápidamente mientras reía con esa fina boca parecida a una cicatriz que tenía, como me golpeaba dejándome moratones, y haciendo que quedase como un loco que se dañaba a si mismo delante de mis padres, por mucho que les dijese que era culpa de "el hombre delgado"…
Ya he perdido casi todo lo que tenía en esta vida… familia, amigos, mi cordura… empezaba a ver como algo cada vez mas real a esa cosa, que me seguía y visitaba día y noche, y que hiciese lo que hiciese se seguía riendo y burlando de mi, sin dejarme solo nunca…

Ahora sigo notando sus ojos vacíos clavados en mí, como su sonrisa grotesca se mantenía en esa cara lisa y blanca, todo esto mientras me ato una soga al cuello y me subo a una silla…


Miguel Guimarey Lesmes

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