Tenía una visión distinta a lo que vi allí, era algo parecido a las películas, en cambio me impresionó la manera en la que todos los presos nos trataron.
Para mi la charla y todo lo que nos contaron de lo que les pasó, es algo que no se lo cuentan a la gente sino que se abrieron y consiguieron abrirnos los ojos de cosas que ya sabíamos como eran pero no desde una persona que está allí dentro y lo pasa mal. Son situaciones que uno ya se las imagina, si están ahí, no entraron por algo bueno sino que hicieron cosas de las que ahora se arrepienten pero claro, en ese momento no pensaban en lo que puede pasar después, solo en ahora quiero “esto” y para conseguirlo tengo que hacer lo “otro”. Me dieron pena por una parte, porque hay gente que no se da cuenta de lo que tiene hasta que llega un momento en el que no puedes volver a atrás y lo pierdes todo por una simple “mierda” que lo que hace es alejarte de los problemas y de las personas que realmente quieres.
Las personas que vieron y que vivieron todo eso saben ahora si salieron o si están en la calle, cómo es ese sitio, y no es agradable, tú te lo buscas, pero es una experiencia que nadie querría repetir.
Por otra parte, las compañías con la que uno se junta en un momento puntual que estás mal, o estás de tal manera en ese momento en que no quieres ver la realidad y quieres evadirte del mundo influyen. Hay muchas otras maneras de estar sin beber o drogarte. Yo opino que si tienes fuerza , amor propio y un poco de cabeza no tienes por que pensar en hacer nada de eso para huir de los problema. Con todo esto no quiero decir que no sean personas que hayan cometido errores y que quieran cambiar pero cuando empiezas en ese mundillo, te metes porque quieres y cuando intentas salir ya no puedes. Yo tengo cabeza para que nunca me
pase eso no porque no sea fuerte, sino porque no quiero, y sé perfectamente decir que no, porque no me importa lo que diga la gente ni para que me influencie.
Así y todo la visita me gustó. Quizás iría otra vez a otra visita. Es otra manera de ver las cosas, ahora las miro desde otra perspectiva. pase eso no porque no sea fuerte, sino porque no quiero, y sé perfectamente decir que no, porque no me importa lo que diga la gente ni para que me influencie.
Verónica Rodríguez
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